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Mais , soit sûr que le 1er qui nous a vus s’est désisté !"
La esposa de Rodas no sabía qué hacer. La palabras de aquel hombre endemoniado escondían una amenaza inmediata, tremenda, algo así como la muerte. La temblaban las mandíbulas, los dedos, las piernas... Al que le tiemblan los dedos diríase que ha sacado los huesos, y que sacude como guantes, las manos. Al que le tiemblan las mandíbulas sin poder hablar está telegrafiando angustias. Y al que le tiemblan las piernas va de pie en un carruaje que arrastran, como alma que se lleva el diablo, dos bestias desbocadas.
Miguel Ángel Asturias - El Señor Presidente
Cositas que me gustan:
It's root root root for the home team
shout like yoru dad at the TV screen
tie a dollar bill around a circus flea
the fee to flee what you can't see
yo, I agree with glee with me
¿Sabéis a quién culpo? A los Pittsburgh Pirates porque en 1947 descubrieron a una promesa de pitcher llamado Fidel Castro, de Alta Habana, muy rápido y con una buena curva pero, en el último minuto, los equipos retiraron sus ofertas.
Pensadlo: ¿Y si hubieran cogido a Fidel, eh? Ni Bahía de Cochinos, ni asesinato de Kennedy, ni tapaderas, ni Vietnam, ni Nixon, ni Ford, ni pantalones de campana, ni La Tribu de los Brady, ni chanclas, ni Reagan, ni crack. No, todos comeríais perritos, tarta de manzana y fumaríamos habanos.
Denis Leary en una escena eliminada de Asesinos Natos