lunes, marzo 29, 2010

El egoísmo y la mística

Como todo hijo, Nasser Ali Khan estaba muy unido a su madre. Recordó el momento en que ella cayó gravemente enferma, quince años antes.
- Dios, te lo ruego, no te lleves a mi madre. Señor, concédele un poco más de tiempo. ¡Dios, te lo suplico! Quítame años de mi vida y dáselos a ella.
Lógicamente, jamás hablaba con nadie de sus plegarias nocturnas. Y un día su madre le llamó a su habitación.
- Nasser Ali, siéntate. Tengo que hablarte. Sufro terriblemente y no tengo más que un deseo: morir. Pero tú no me dejas ir. Rezas, rezas y sigues rezando... Son tus oraciones las que me impiden alcanzar el otro mundo. ¡Lo sé! ¡Por una vez en la vida, hijo, demuestra un poco menos de egoismo! Quieres que siga viviendo por ti, pero vivir se me ha hecho insoportable. Deja de llamar al buen Dios... Déjame marchar. No me mires así y ve a buscarme unos cuantos paquetes de cigarrillos.
- ¡Pero, mamá...!
- Sin peros. En el estado en que me encuentro, solamente los cigarrillos pueden consolarme. Son el alimento del alma. ¡Nasser Ali!
- Sí, mamá.
- ¿Querrías tocar el tar en el jardín? ¡Tu música es tan hermosa hijo mío!
Nasser Ali Khan obedeció. Compró varios cartones de cigarrillos y se los dio a su madre. Dejó de rezar por ella e interpretó su música todos los días, desde la salida del sol hasta la medianoche en punto.
- ¡Mirad el humo! ¡Aún está viva!
- Mamá, ¿Necesitas algo?
- ¡Toca! ¡Toca el tar! Coff, Coff, Coff...
Y un día:
- ¡Mamá! ¡MAMÁ!
Entre el momento en que Nasser Ali Khan dejó de rezar y la noche en que su madre entregó su alma, transcurrieron exactamente seis días. Se dice que cuando encontraron su cadáver, estaba rodeado por una espesa nube de humo. Las exequias tuvieron lugar dos días después. La familia de la desaparecida, todos los derviches de Teherán y la nube de humo estaban presentes en el entierro.
Las opiniones sobre aquella espesa nube de humo eran muy diversas. Los racionalistas decían que era el humo de los cigarrillos que escapaba de su cuerpo. Dicho esto, hay que añadir que nunca consiguieron explicar científicamente cómo un cadáver podía seguir expirando. Los derviches, más místicos, tenían sobre el tema una opinión completamente distinta.


Ilustración: Azrael por Marjane Satrapi


Cositas que me gustan:

"Go for it
I'm going with you"



domingo, marzo 28, 2010

Su desventura


Sólo Lennie estaba en el granero; Lennie se había sentado en el heno junto a un cajón y bajo un pesebre situado en el extremo de granero no ocupado todavía por el heno. Lennie, sentado sobre el heno, miraba a un perrito muerto que yacía frente a él. Lo miró largo rato, luego extendió su enorme mano y lo acarició de la cabeza a la cola.
Lennie dijo suavemente al cachorrito:
- ¿Por qué has tenido que morirte? No eres tan pequeño como los ratones. No te pegué muy fuerte.
Dobló hacia atrás la cabeza del cachorro y siguió hablándole:
- Ahora quizá George no me deje cuidar los conejos, si descubre que has muerto.
Excavó un hueco en la paja, metió en él al cachorrito y lo cubrió con heno hasta ocultarlo; pero siguió mirando el montículo que había hecho.
- Esto -continuó- no es algo tan malo como para tener que esconderme en el matorral. ¡Oh, no! No es para tanto. Le diré a George que te encontré muerto.
Desenterró el cachorro y lo inspeccionó, y volvió a acariciarlo desde las orejas a la cola. Y continuó hablando acongojado.
- Pero lo va a saber. George siempre sabe. Me dirá: "Tú lo mataste. No trates de engañarme". Y dirá: "Ahora, no vas a cuidar de los conejos".
De pronto, explotó su ira.
- ¡Maldito seas! -exclamó- ¿Por qué has tenido que ir y morirte? No eres tan pequeño como los ratones.
Levantó el perrito y lo arrojó a lo lejos. Le volvió la espalda. Se sentó, muy inclinado el busto sobre las rodillas, y murmuró:
- Ahora no dejarán que cuide de los conejos. Ahora George no me dejará.
Se inclinó hacia delante y atrás, meciéndose en su desventura.


Fotograma de la película "De ratones y hombres" dirigida por Gary Sinise


Cositas que me gustan:

"You're a long way from home,
through the dark littered town.
The hospital looms,
as we walk Fleet Road"



viernes, marzo 26, 2010

El camarero metafórico


Y ponme un poco más de café. Lo quiero tan negro como la medianoche en una noche sin luna.

Harga pareció sorprenderse. Aquello no era propio de Vimes.

—¿Como cuánto de negro es eso? —preguntó.

—Oh, pues yo diría que condenadamente negro.

—No necesariamente.

—¿Cómo?

—En una noche sin luna hay más estrellas. Es lógico, ¿verdad? Se las ve más. Una noche sin luna puede ser bastante brillante.

Vimes suspiró.

—¿Tan negro como una noche sin luna que esté muy nublada? —preguntó.

Harga contempló su cafetera con expresión pensativa.

—¿Cúmulos o cirroestratos?

—Disculpa, ¿cómo has dicho?

—Las luces de la ciudad siempre se reflejan en los cúmulos porque son nubes bastante bajas, ¿comprendes? Ojo, puede que te encuentres con un poco de dispersión del reflejo a gran altura debido a los cristales de hielo que hay suspendidos dentro de...

—Una noche sin luna que sea tan negra como ese café —dijo Vimes con voz hueca.

—¡Bien!

—Y un donut. —Vimes agarró a Harga por la chaqueta llena de manchas y tiró de él hasta que sus respectivas narices se tocaron—. Un donut tan donutesco como un donut hecho de harina, agua, un huevo grande, azúcar, un pellizco de levadura, canela para darle sabor y un relleno de crema, gelatina o rata dependiendo de las preferencias nacionales o de la especie, ¿de acuerdo? Pero no tan donutesco como algo que sea metafórico en ningún sentido. Solo un donut. Un donut.

—Un donut.

—Sí.

—Bastaba con que lo dijeras.

Harga se pasó las manos por la chaqueta, le lanzó una mirada dolida a Vimes y volvió a entrar en la cocina.


Terry Pratchett - Hombres de armas

Ilustración de: Dan "Mr. Toast" Goodsell


Cositas que me gustan:

"New music has made it's way
Automatic rythmns play
Invading the world around
Electronic dancing sound"





sábado, marzo 20, 2010

Croquetas de ficción


A Mariano Blas (Zaragoza, 1976), director de Pekín Express, el reality que ha emitido la cadena Cuatro, se le ocurrió amenizar una fiesta con compañeros de profesión contando una de sus anécdotas familiares más memorables: “Una vez, mi madre me dio para cenar unas croquetas que sabían exactamente igual a las que preparaba mi tía Pilar. Teniendo en cuenta que llevaba dos meses muerta, le dije: ‘Mamá, estas croquetas saben como las de la tía Pilar’. ‘Claro, es que las ha hecho ella...’, me contestó. Resulta que cuando mi madre estuvo limpiando la casa de mi tía encontró un tupperware lleno en el congelador. Así que yo acabé comiéndomelas entre lágrimas porque me di cuenta de que ésa era la última vez que las iba a probar”. Entre los asistentes a dicha fiesta había guionistas de televisión. Menos de un año tardaron las croquetas de la tía Pilar en recorrer la distancia que separa Zaragoza de Santa Justa y a los Blas, una familia real, de los ficticios Serrano. En la teleserie homónima, en el capítulo número 108 -“El rastrillo zen”-, un recientemente enviudado Diego montaba en cólera porque su hermano Santi y su amigo Fiti se comían un tupperware con las últimas croquetas que había hecho su difunta mujer, Lucía. La anécdota contada por Blas había saltado de un plano de existencia a otro, de la realidad a la ficción.


Zemos 98 - Código fuente: la remezcla



Cositas que me gustan:


"It's a lie

It's the same
It's a sigh
It's a game
It's the why
It's the where and the when we're United"

martes, marzo 09, 2010

El digno oficio del publicista



- Bueno, chicos... Éste es el nuevo producto que tenemos que promocionar. Como es habitual, se trata de algo completamente inútil y estúpido para cuya fabricación es necesaria la explotación laboral y vital de miles de personas muy lejos de aquí...
Así que ahora quiero que uséis tooodo vuestro potencial creativo y humano para ver de que manera le colamos esto a la población... ¡Que pa eso os pagamos más que a un psicólogo de perros!
- ¡Ya lo tengo jefe! ¿Qué tal sin intercalamos unas imágenes muy vacilonas del producto con otras de una mujer semidesnuda que gatea sensualmente sobre una cama de agua en una limusine...?
- Mmm... No está mal... Pero necesitaríamos algo más sorprendente y original... No sé... Algo más... Creativo.
- ¡¿Y si en lugar de una ponemos a cincuenta y ocho mujeres desnudas que se magrean entre sí en la cubierta de un yate mientras es sobrevolado por un caza-bombardero también repleto de mujeres en pleno orgasmo...?!
- ¡Me gusta! ¡Es una idea nueva y refrescante!... Pero... ¿Y el producto?
- ¿El producto? Con la porquería que es, casi mejor que ni salga...
- ¡Perfecto! ¡Pues ya está! Lo único que me preocupa es que, con tantas mujeres como salen, vaya a parecer un anuncio del Instituto de la Mujer...



Cositas que me gustan:

"¡Burns!
Con el corazón de perro
Señor Burns!
¡El diablo con dinero! "

lunes, marzo 08, 2010

Corazón


UN CORAZÓN ABIERTO HA CRECIDO EN MI PECHO, UN CORAZÓN desnudo que cubre de cansancio la carne, que enturbia la inocencia del alba.
Cae sin cesar dentro de mí, buscando detenerse. He cubierto mis manos con su escarcha, ha llenado de escamas mis pupilas.
Cae. Indaga la forma de su luz, deletrea sílaba a sílaba su nombre, su palabra lenta como el polvo, incesante.

Miguel Florián y Santiago Sequeiros - Problemas


Ilustración: Santiago Sequeiros


Cositas que me gustan:

"Y que te vayas con otros
Que no hacen nu la mitad por ti
Es feo"



viernes, marzo 05, 2010

100 veces su peso


He visto esta foto y no me he podido resistir a colgarla. En ella se ve a una hormiga tejedora asiática sujetando una pesa de 500 mg, 100 veces su peso colgada boca abajo sobre una superficie lisa.

Foto: Thomas Endlein, Universidad de Cambridge



Cositas que me gustan:

"She broke your throne, she cut your hair
And from your lips she drew the Hallelujah"



martes, marzo 02, 2010

Malabarismos con el destino




Cuando yo era muy pequeño hubo un pariente, no recuerdo quién, que les regaló a mis padres dos bolas navideñas de adorno, una amarilla en la que ponía LIZ y otra roja con mi nombre. A Liz y a mí se nos ocurrió que la primera de las dos que se rompiese señalaría quién de nosotros dos moriría primero. Unas navidades, cuando yo tenía nueve o diez años, andaba yo haciendo mi numerito habitual de malabarismos con las bolas navideñas de LIZ y MARK como hacía cada año para poner a Liz de los nervios. Ella me pedía que parase, como hacía cada año, porque no tenía gracia; y efectivamente, la bola amarilla de LIZ se me escurrió de la mano. Intenté pararla con la palma pero no pude cogerla. Se hizo añicos contra el suelo. La bola de MARK sigue hoy intacta. Ojalá hubiera sido la de MARK la que se me cayó aquel día.



Cositas que me gustan:

Johnny don't like the teacher
Johnny don't like the school
One day Johnny gonna do somethin'
Show 'em he's nobody's fool
Oh yeah