Cuentan por ahí que fue un accidente, que la ballena me tragó. No saben cuánto se equivocan...
...Yo elegí mi destino. Pedí asilo en el vientre de este monstruo. Yo, Jonás, construí mi hogar de vísceras y huesos para escapar de mí mismo. Aquí entre jugos gástricos y carne encuentro paz. En la oscuridad, en el eco de las tripas. Adecento mi morada con los restos de vuestros naufragios. Me alimento de las sobras del monstruo. Y me follo a las sirenas que se atreven a visitarme. Aquí lejos de todos vosotros, ya ni mi apellido recuerdo. Y a la colección de naufragios que es mi corazón por fin se la ha comido el salitre.
Una ciudad se parece mucho a un animal. Tiene un sistema nervioso, una cabeza, unos hombros y unos pies. Está separada de las otras ciudades, de tal modo que no existen dos idénticas. Y es además un todo emocional. Cómo viajan las noticias a su través es un misterio de difícil solución. Las noticias parecen ir más de prisa que la rapidez con que los muchachos pueden correr a transmitirlas, más de prisa de lo que las mujeres pueden vocearlas de ventana en ventana.
–Hola, E –me dijo con su áspero e inseguro acento del Medio Oeste. –¿Qué tal fue el viaje?
–Estuvo bien.
No le había contado que había ido porque mi hermana se había suicidado. No quería tocar el tema. Francis apoyó una mano en la baranda del porche para equilibrar su corpulenta figura.
–Escucha, E, no sé si alguna vez te lo he contado pero yo veo espíritus.
–¿Cómo?
–Yo veo espíritus.
Me quedé mirándola.
–Fantasmas.
–¿En serio?
–Sí. Y hay algo que creo que tengo que contarte. Antes de que volvieses ayer, vi a una joven entrar en tu casa.
–¿De verdad?
–De verdad.
Al principio, cuando Francis me contó aquello, me entró bastante canguelo y no tenía demasiadas ganas de dormir en casa aquella noche. pero luego pensé en cuándo había sucedido todo e intenté ver el asunto desde otra óptica más positiva y menos acojonadora. Fuese o no una parida, me gustaba la idea de que Liz se hubiese pasado por casa para decirme adiós una última vez, incluso aunque no hubiese dado conmigo por un par de horas. Si vas a tener un fantasma en casa, lo mejor que puedes hacer es pensar que es un fantasma amigo.
No one never treated him nice While he was alive You can’t buy no respect Like the librarian said But everybody respects the dead They love the friendly ghost
Allan preguntó si alguno de los presentes podía sugerirle un lugar donde el comunismo tardara más en instaurarse, a ser posible un sitio donde brillara el sol, las playas fuesen de arena blanca y le llenaran la copa de algo que no fuera licor de plátano indonesio.
–Lo que necesito ahora mismo son unas vacaciones –agregó–. Porque nunca las he hecho.
Mao Tse-tung, Kim Il Sung y el mariscal Meretskov debatieron entre ellos el asunto. Al final propusieron la isla caribeña de Cuba, pues no había lugar más podridamente capitalista en todo el mundo.
Cuando llevaba recorrida más de la mitad del puente noté algo raro. Bueno, cualquiera lo pudo ver, por eso le digo que no sé si fui el primero. En fin, a esa hora la gente no está muy despierta, ¿verdad? Bueno, era una cuerda anudada a la balaustrada, así que lo único que hice fue asomarme y ver, colgando a unos dos metros por debajo, el cuerpo de una persona. Me persigné un par de veces, aunque no soy creyente. Era un joven alto y delgado y con el pelo largo y sin peinar. Supe de inmediato que estaba muerto. No hacía ningún movimiento. Bueno, la brisa que pasa por debajo del puente movía un poco el cuerpo, pero eso era todo.
En una famosa pintura de 1916 Francis Picabia escribió: “Il n’est pas donné à tout le monde d’aller à Barcelone”. No me extraña que estas palabras, que parecen situar a nuesta ciudad en el lugar selecto y distinguido que se merece, al alcance no de todos sino de unos pocos, los verdaderos modernos, hayan sido casi siempre interpretadas como un homenaje, como una prueba más de las afinidades que existían entre Picabia y Barcelona y, por extensión, entre Barcelona y la vanguardia. Se olvida, sin embargo, que con ellas Picabia estaba parafraseando un célebre másxima clásica (“Non licet ómnibus adire Corinthum”: “No todos pueden ir a Corinto”), que se refería a las míticas putas de aquella ciudad antigua, a la extraordinaria leyenda que hacía de las putas de Corinto las más caras del mundo, de forma que no cualquiera, en efecto, podría pagarlas. Aunque no creo que las putas de Barcelona fuesen las más caras, sí que eran, en cambio, legendarias, o al menos legendario era su barrio, el Barrio Chino, y sin duda es de eso de lo que trata el cuadro de Picabia. Putas o vanguardistas: una modernidad no va por la otra, ni siquiera en Barcelona.
–¿Por qué es tan complicado? –pregunté a Janine que, una vez más, asistía a mi vieja teoría de lo bonito que sería este mundo si se pudieran proponer relaciones íntimas con la misma naturalidad con la que se pregunta la hora o se comenta el tiempo. Ella me escuchaba atentamente, dejaba que me desahogara con ganas y, tras una pausa, soltaba uno de sus haikus:
–Si el amor no fuera complejo, Marvin Gaye nunca habría sido músico.
"And now another clue, I would ask
if you could help me out
it's hard to understand
cause when you're really by yourself
it's hard to find someone to hold your hand"
–¿Sabíais que el alcalde La Guardia una vez leyó cómics por radio a los neoyorquinos? Es cierto fue durante una huelga de distribuidores de periódicos en el 45. Fiorello no quería que los chicos tuvieran que pasar sin su Dick Tracy por culpa de unos cuantos adultos que no se ponían de acuerdo así que... Lo siento estoy divangando, ¿verdad? Últimamente me pasa siempre.
Había
también cassettes vírgenes, que eran mucho más recatadas. Tenían
algo muy intrigante, un papelito satinado con unas pegatinas que
guardábamos como si en un futuro las pudiéramos vender en el
mercado negro. Jamás quedaban bien en la cinta porque uno ponía la
pegatina primero y luego escribía. ¿Por qué?, porque las ansias de
pegar son muy superiores a las de escribir. Por eso se están
extinguiendo las cintas y por eso se extinguirá el mundo. Porque la
gente prefiere pegar a escribir.
En todas las habitaciones, de todos los edificios, de toda Corea del Norte, hay colgadas en una pared, las fotos de papá Kim y de su retoño.
Excepto en los váteres, of course.
Y cómo "Kim Il-Sung, es Kim Jong-Il y Kim Jong-Il es Kim Il-Sung", todo está hecho para que se confundan. Al padre le han quitado los cabellos grises y el tumor que le deformaba la nuca. Al hijo le han quitado las gafas y lo han adelgazado un poco.
Misma talla, misma edad, mismo traje.
Así nada cambia para el régimen, siempre es la misma cabeza la que dirige el país. Única y exclusiva dinastía comunista de todos los tiempos.
Dos pequeñas observaciones adicionales que me han proporcionado mis pausas para el café. Los cuadros, situados siempre a buena altura, tienen un canto más ancho arriba que en la base.
Por una parte, eso permite eliminar los reflejos molestos que impedirían contemplar el sol del Siglo XXI y a su venerable progenitor. Y por otra parte, la inclinación provoca un cara a cara que aumenta la intensidad de la mirada.
Un detalle que no habría dejado de agradar a Mister George...
Pero Smith, a pesar de que era el verdadero asesino, despertaba en él otra reacción. Había algo en él, un aura de animal exiliado, de criatura herida, que el detective no podía dejar de ver. Recordaba su primer encuentro con Perry en la sala de interrogatorios de la policia de Las Vegas: aquel enano sentado en la silla metálica, con sus diminutos pies metidos en unas botas que no llegaban al suelo. Y ahora, cuando Dewey volvió a abrir los ojos, fue aquello lo que vio, los mismos diminutos pies que colgaban oscilantes.
Tu voz me sacaba del catre, me decía que fuera, tu voz me sacaba del catre, yo atravesaba Alicante, diez tierras que hubiera delante conocerían mi espada.
Nada importa, pues, mas que no seguir como ovejas, el rebaño de los que nos preceden, yendo así, no a donde hay que ir, sino a donde se va. Y ciertamente nada nos envuelve en mayores males que acomodarnos al rumor, persuadidos de que lo mejor es lo admitido por el asentimiento de muchos, tener por buenos los ejemplos numerosos y no vivir racionalmente, sino por imitación. De ahí la aglomeración tan grande de personas que se precipitan unas sobre otras. Lo que ocurre en una gran catástrofe colectiva, cuando la gente misma se aplasta, nadie cae sin arrastrar a otro y los primeros son la perdición de los que siguen, puedes verlo suceder en toda vida; nadie yerra por su cuenta, sino que es causa y autor del error ajeno.
–¿Sabe usted cuál es la probabilidad, calculada matemáticamente, de un fragmento de materia en el cosmos de ser integrado en el círculo de los procesos vitales, aunque fuera bajo la forma de una hoja, una salchicha o un poco de agua que bebiera un ser vivo, una ráfaga de aire para sus pulmones? ¡Una en un cuatrillón! El cosmos carece de vida. Una unidad por cuatrillón puede penetrar en la rueda de la vida, en el ciclo de nacimientos y muertes. ¡Qué ínfima probabilidad! Y ahora pregunto: ¿cuál es la probabilidad de penetrar en la vida, no como alimento, agua o aire, sino como un germen? Si tomamos en consideración la proporción de toda la materia cósmica, cadáveres de soles, planetas muertos, ese polvo e impureza que llamamos las nebulosas, esa lavandería gigantesca, cloaca de gases pestilentes llamada Vía Láctea, toda esa fermentación y basura... con el peso de nuestros cuerpos humanos, cuerpos de todos los vivos, y calculamos la probabilidad de cualquier montón de materia, equivalente en peso la cuerpo de un hombre, de convertirse en un ser vivo... ¡resultará que esa probabilidad es prácticamente igual a cero!
–¿A cero? –repetí tras él–. ¿Qué significa esto?
–Esto significa que todos los que estamos aquí no tuvimos la menor posibilidad de existir; ergo no somos...
–No acabo de entender –dije parpadeando, porque algo me enturbiaba la vista.
–No existimos –aclaró Barran, prorrumpiendo en carcajadas, junto con sus compañeros.
El actor ha elegido, por lo tanto, la gloria innumerable, la que se consagra y se experimenta. El es quien saca la mejor conclusión del hecho de que todo debe morir un día. Un actor triunfa o no triunfa. Un escritor conserva una esperanza aunque sea desconocido. Supone que sus obras atestiguarán lo que fue. El actor nos dejará todo lo más una fotografía, y nada de lo que era él, sus gestos y sus silencios, su corto resuello o su respiración amorosa, llegará hasta nosotros. Para él no ser conocido es no representar, y no representar es morir cien veces con todos los seres que habría animado o resucitado.
I made a mistake and I never forgot I tied knots in the laces of My worried shoes And with every step that I'd take I'd remember my mistake As I marched further and further away In my worried shoes
En primer lugar advierto que no soy un gran conocedor del béisbol, ese deporte que fascina tanto en Norteamérica como en gran parte de América Latina. Tampoco soy lector de Sports Illustrated ni me sé de memoria los jugadores más destacados, ni siquiera me pueden preguntar sobre los nombres de las distintas franquicias, más allá de esos equipos cuya presencia es global debido a las marcas de ropa deportiva que lucen muchos artistas. Pero es por eso por lo que me ha gustado esta película, porque se puede ver sin ser un aficionado al béisbol. Porque el argumento de esta película se puede extrapolar a cualquier deporte. Trata sobre la gestión deportiva. Habla de aquel pastor llamado David que de una pedrada derribó un gigante de nombre Goliat. Hay que saber elegir bien la piedra y saber manejar el arma para con precisión derribar una presa que veíamos indestructible.
Es la historia de alguien que supo hacer algo grande con pocos recursos basándose en el estudio de las características del juego y de sus participantes, cogiendo estos elementos en base a lo que pueden aportar, sin ver la estética, ni otros elementos. Y todo ello haciendo enemigos, pues esa forma de trabajar era muy novedosa y hay gente que no quiere que se derriben ciertos muros anquilosados para hacer un nuevo edificio. Hay quien no quiere perder su estatus aunque el modelo en que basa su forma de vida esté más que obsoleto.
Como aficionado al fútbol y seguidor de un equipo humilde en esta Liga de Fútbol Profesional en la que dos equipos juegan y los otros 18 hacen lo que pueden en otra órbita diferente, me acordé mucho de esta táctica. Una estrategia que ponen en pie muchos de estos equipos con poco presupuesto para poder ganar algún título o reseñarse con alguna hazaña. Lucha y sobre todo el vender caro y comprar barato.
Si no te gustan los deportes puedes mirarlo como una película sobre las relaciones laborales y los recursos humanos en la empresa. Impresiona bastante el retrato que borda Phillip Seymour Hoffman de esa persona que tiene que estar en su puesto de trabajo, desmotivado, porque sabe que va a durar poco en él. De todos modos recomiendo dejar de lado los prejuicios y echar un vistazo a la película. Puede ser que te guste el trasfondo argumental de la lucha de clases o te entre el gusanillo de ver películas sobre gestión deportiva y luego le des un vistazo a Un domingo cualquieray te des cuenta de que esos filmes no son una cuestión minoritaria y que están metidos en el ajo grandes directores y actores como Oliver Stone y Al Pacino en este retrato del fútbol americano o Clint Eastwood, Hillary Swank, Russell Crowe , Martin Scorsese o Robert de Niro sólo por mencionar un deporte como el boxeo.
Como último apunte este filme ayudará bastante a quien no toma en serio la carrera actoral de Brad Pitt sólo porque es un tipo guapo. Quién no lo considere así debería pasarse además de por ésta película por la maravilla que hizo con él Tarantino o recorrer su papel como Tyler Durden entre muchos otros.
Aquí os dejo el tráiler:
Coplillas que me gustan:
"Wasting your days,
Chasing some girls all right,
Chasing cocaine to the back rooms of the world all night"
"Pagad Rojo –Devolved el rojo que habéis robado para vuestras mentirosas banderas y vuestros carteles de Coca-Cola – Devolved ese rojo al pene a la sangre y al sol –"
"Pagad Azul – Devolved el azul que habéis robado y embotellado y repartido en cuentagotas de droga – Devolved el azul que robasteis para los uniformes de vuestra policía – Devolved ese azul al mar y al cielo y a los ojos de la tierra –"
"Pagad Verde – Devolved el verde que habéis robado para vuestro dinero – Y tú, Mano Muertas que oprimes a los Hombres Vegetales, devuelve el verde que has robado para tu Negocio Verde para vender a los pueblos de la tierra y embarcarte disfrazado en el primer bote salvavidas – Devuelve ese verde a las flores y al río de la selva y al cielo –"
De Francia no vendrá Rock-n-Roll de verdad. Puede que tengan grandes músicos (como Gainsbourg) pero no tienen suficiente angustia. Seguridad Social, semana laboral de 35 horas, actitud liberal ante el sexo, una clara conexión con su historia... Nada sobre lo que hacer Rock.
Nunca tantos adultos se habían puesto de acuerdo en algo. Pero el día de reyes es diferente. Todos juntos planean un gran "happening" para desarrollar la fantasía de los niños. Todos juntos por una buena causa. Todos juntos por la fantasía. Hasta el telediario se une por la causa (esto siempre me ha hecho mucha gracia)
- Sus Majestades los Reyes Magos llegaron a la Ciudad Condal a las 12 de la noche y trabajaron hasta altas horas de la madrugada para llevar todos los regalos a los niños.
- Qué fuerte, ¿no?
- Nunca me había dado cuenta que hasta el telediario mantiene el "secreto".
A las dos o tres semanas, en vez del apestoso plato de harina de maíz habitual, les trajeron al calabozo una olla con trozos de carne. Miguel Ángel Báez y Modesto se atragantaron, comiendo con las manos hasta hartarse. El carcelero volvió a entrar, poco después. Encaro a Báez Díaz: el general Ramfis Trujillo quería saber si no le daba asco comerse a su propio hijo. Desde el suelo, Miguel Ángel lo insultó: "Dile de mi parte a ese inmundo hijo de puta, que se trague la lengua y se envenene". El carcelero se echó a reír. Se fue y volvió, mostrándoles desde la puerta una cabeza juvenil que tenía asida por los pelos. Miguel Ángel Báez Díaz murió horas después, en brazos de Modesto, de un ataque al corazón.
La esposa de Rodas no sabía qué hacer. La palabras de aquel hombre endemoniado escondían una amenaza inmediata, tremenda, algo así como la muerte. La temblaban las mandíbulas, los dedos, las piernas... Al que le tiemblan los dedos diríase que ha sacado los huesos, y que sacude como guantes, las manos. Al que le tiemblan las mandíbulas sin poder hablar está telegrafiando angustias. Y al que le tiemblan las piernas va de pie en un carruaje que arrastran, como alma que se lleva el diablo, dos bestias desbocadas.
It's root root root for the home team shout like yoru dad at the TV screen tie a dollar bill around a circus flea the fee to flee what you can't see yo, I agree with glee with me