miércoles, marzo 07, 2012

La pesadilla de Orwell


En todas las habitaciones, de todos los edificios, de toda Corea del Norte, hay colgadas en una pared, las fotos de papá Kim y de su retoño.
Excepto en los váteres, of course.
Y cómo "Kim Il-Sung, es Kim Jong-Il y Kim Jong-Il es Kim Il-Sung", todo está hecho para que se confundan. Al padre le han quitado los cabellos grises y el tumor que le deformaba la nuca. Al hijo le han quitado las gafas y lo han adelgazado un poco.
Misma talla, misma edad, mismo traje.
Así nada cambia para el régimen, siempre es la misma cabeza la que dirige el país. Única y exclusiva dinastía comunista de todos los tiempos.
Dos pequeñas observaciones adicionales que me han proporcionado mis pausas para el café. Los cuadros, situados siempre a buena altura, tienen un canto más ancho arriba que en la base.
Por una parte, eso permite eliminar los reflejos molestos que impedirían contemplar el sol del Siglo XXI y a su venerable progenitor. Y por otra parte, la inclinación provoca un cara a cara que aumenta la intensidad de la mirada.
Un detalle que no habría dejado de agradar a Mister George...




Coplillas que me gustan:

"Cazadores de ciudad
que nunca os veis satisfechos
no me matéis en la jaula
profunda donde estoy preso.

Matarme en un sitio claro
de las montañas de Gredos
un sitio que corra el aire
y la vista llegue lejos.

Que lleven allí el garrote,
la silla y los aparejos,
que valla el juez con su coche
a hacer el levantamiento."



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