miércoles, febrero 29, 2012

No existimos


–¿Sabe usted cuál es la probabilidad, calculada matemáticamente, de un fragmento de materia en el cosmos de ser integrado en el círculo de los procesos vitales, aunque fuera bajo la forma de una hoja, una salchicha o un poco de agua que bebiera un ser vivo, una ráfaga de aire para sus pulmones? ¡Una en un cuatrillón! El cosmos carece de vida. Una unidad por cuatrillón puede penetrar en la rueda de la vida, en el ciclo de nacimientos y muertes. ¡Qué ínfima probabilidad! Y ahora pregunto: ¿cuál es la probabilidad de penetrar en la vida, no como alimento, agua o aire, sino como un germen? Si tomamos en consideración la proporción de toda la materia cósmica, cadáveres de soles, planetas muertos, ese polvo e impureza que llamamos las nebulosas, esa lavandería gigantesca, cloaca de gases pestilentes llamada Vía Láctea, toda esa fermentación y basura... con el peso de nuestros cuerpos humanos, cuerpos de todos los vivos, y calculamos la probabilidad de cualquier montón de materia, equivalente en peso la cuerpo de un hombre, de convertirse en un ser vivo... ¡resultará que esa probabilidad es prácticamente igual a cero!
–¿A cero? –repetí tras él–. ¿Qué significa esto?
–Esto significa que todos los que estamos aquí no tuvimos la menor posibilidad de existir; ergo no somos...
–No acabo de entender –dije parpadeando, porque algo me enturbiaba la vista.
–No existimos –aclaró Barran, prorrumpiendo en carcajadas, junto con sus compañeros.


Ilustración: Póster de El árbol de la vida de Terrence Malik por Hunter Langston.


Coplillas que me gustan:

"I never would have pegged you
For what you have become
Everyone lies
Everyone cheats
Not like you've done
"

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