jueves, enero 21, 2010

Contenedores


En realidad nunca había pensado en ellos antes. Los veías desde la carretera, a veces, almacenados con el mismo rigor que el Lego robótico de Odile. Un aspecto de la realidad contemporánea tan común que no era considerado ni cuestionado. Casi todo, supuso, viajaba en ellos ahora. No materias primas, como carbón o grano, sino cosas manufacturadas. Recordó las noticias que había leído sobre contenedores perdidos en el mar, durante alguna tormenta. Abiertos. Miles de patitos de goma chinos flotando alegremente con las grandes corrientes. O zapatillas. Había leído algo sobre cientos de zapatillas del pie izquierdo que aparecían en la playa, pues la del pie derecho habían sido enviadas por separado para evitar los robos. Y algo sobre un yate en la bahía de Cannes, una historia de miedo transatlántica; como no se hundieron inmediatamente, los contenedores cayeron por la borda, y la silenciosa e invisible amenaza que suponían para los marinos.



Cositas que me gustan:

"Te tengo superada
Ya no me afectas nada
He aprendido a vivir si ti"

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