En cambio, luego viajando por Serbia, yo no tenía ningún tipo de patria que perder. Y no es que el país fuera extraño para mí, en el sentido como lo fue hace tiempo la ciudad vasca de Bilbao, con su lengua escrita sobre todo; la ciudad me resultaba tan rara que en una ocasión, estando allí, al entrar enun urinario público, esperaba que incluso las tazas fueran a tener formas inauditas, jamás vistas, o que en ves de estar adosadas abajo, en el suelo, estuvieran en lo alto, pegadas a la pared.
Peter Handke - Un viaje de invierno
Cositas que me gustan:
"This is what I am, I am a man so come and dance with me Michael So strong now, its strong now so come and dance with me Michael"
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